
All Boys no aprovecha sus oportunidades, las tiene y las deja pasar, no se sube al tren. Los otros equipos que pelean por no descender habían perdido (Olimpo, Rafaela, Tigre) y Arsenal, el rival de ayer, venía de jugar entre semana por la Copa Libertadores, todo servido como aprovechar las circunstancias y lograr un triunfo que traiga un respiro y ver más de lejos la lucha por permanecer en la Elite del fútbol argentino.
Nada de esto pasó, pese a que se mejoró algo respecto del partido ante Banfield (donde se jugó extremadamente mal), no fue suficiente ante un rival que aprovechó los errores defensivos y acertó a la hora de contragolpear. Arrancó mejor Arsenal, y rápidamente All Boys empezó a encontrar la pelota y jugar en campo rival, pero apenas intentó algo, una rápida salida agarró mal parada a la defensa y Blanco Leschuk abrió el marcador, y se perdió el segundo varias veces, entre Cambiasso y el palo se encargaron que eso no pasara.
Ni el tiro del penal aprovechó el equipo de Pepe Romero, ya que Campestrini se lo tapó a Matos cuando el primer tiempo se moría, jugada en la cual Arsenal se queda con 10 por la expulsión del defensor Cuesta.
Los de Floresta tampoco aprovecharon esa circunstancia de jugar 48 minutos con un hombre más, ni los cambios de nombres con los ingresos de Perea, Rui y Torassa aportaron algo, apenas se generaron un par de situaciones claras ante el arco rival y la desesperación hizo ir al equipo ciegamente hacia adelante descuidándose en el fondo, circunstancia que Arsenal volvió a aprovechar para poner el 2-0 con un golazo de Diego Torres que había ingresado un ratito antes y liquidar el juego.
Arsenal hizo un partido lógico, tranquilo, sin desesperarse, pese a estar con uno menos todo el segundo tiempo y sacó provecho cuando pudo ante la poca respuesta de un rival que si bien se entregó al 100%, nunca fue efectivo. Leguizamón como estandarte, el colombiano Carbonero yendo y viviendo y una defensa sólida fueron mucho para un tímido All Boys que solo mostró cosas buenas en los pies de Martín Zapata y en las manos de Cambiasso.
La inteligencia de la visita fue darle la pelota a un rival que casi nunca supo que hacer con ella y golpear en los momentos justos.
Párrafo aparte para la hermosa camiseta con la que jugó All Boys que incluía a las Islas Malvinas en el frente.
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